Con millones de operaciones que se realizan cada día en línea, el auge del comercio electrónico y los pagos digitales y sin contacto lleva a las empresas a fortalecer sus estrategias antifraude ante las avanzadas amenazas latentes, que dejan cuantiosas pérdidas y enormes grietas en la reputación.
En un escenario de alta digitalización, los atacantes se aprovechan de las vulnerabilidades en la infraestructura de esas organizaciones y las de sus usuarios, obligándoles a mejorar sus procesos de onboarding digital y de Know Your Customer (KYC).
Los pagos digitales y sin contacto se imponen en Latinoamérica a la par de la disrupción de los servicios a través de plataformas en la región, que van desde operaciones con entidades financieras, hasta del sector de entretenimiento y la entrega de alimentos.
Muestra del impacto de este negocio es que el valor de las transacciones del comercio digital podría alcanzar los US$113.000 millones este año en Latinoamérica, aunque las previsiones apuntan a que esta cifra pueda alcanzar los US$174.000 millones para el 2025 a medida que más empresas adopten los pagos digitales, según cifras de Statista. (Gráfica de Statista)
Sobre este tema, un informe del Banco Mundial concluyó que un 42% de los adultos en la región utiliza pagos digitales en comercios, mientras que para un 11% la pandemia fue un detonante y por ello adoptó esta modalidad en el marco de la crisis.
“A nivel regional, casi 50 millones de adultos adoptaron los pagos digitales en comercios durante la pandemia. Sin embargo, el grado de adopción varía a lo largo de la región”, dice el reporte del Banco Mundial.
Pero más allá de este crecimiento, a medida que se aceleró la adopción de los pagos digitales y sin contacto no solo en Latinoamérica sino en muchos mercados en el planeta, también se hicieron evidentes los riesgos asociados a la ciberseguridad, principalmente en cuanto a la verificación de la identidad y el fraude, según lo analiza la firma especializada Preventor.
Cifras de la empresa de investigación Javelin Strategy & Research’s, que se desprenden del informe 2022 Identity Fraud Study: The Virtual Battleground, exponen la magnitud de los fraudes de identidad en mercados desarrollados como EE.UU.
De acuerdo a sus cálculos, estas brechas generadas en las operaciones digitales afectaron a unos 42 millones de adultos en ese país, dejando un saldo de US$52.000 millones en pérdidas en el 2021, año en el que los cibercriminales apelaron a tácticas como los ataques con bots y el malware.
Este tipo de campañas maliciosas se aprovechan no solo de las vulnerabilidades de la infraestructura de estos sistemas, sino también de las malas prácticas de los usuarios a través de técnicas de ingeniería social, con las cuales explotan estas brechas a su favor.
Solo por citar un ejemplo, en el mundo “los ataques de ransomware costaron una media de US$4,62 millones, más caros que la media de las violaciones de datos (US$4,24 millones)”, según el Cost of a Data Breach Report 2021, de IBM.
A la par con los avances tecnológicos, las estrategias para cometer este tipo de fraudes se basan en herramientas digitales pioneras, por lo que es importante que las empresas sean conscientes de que deben blindarse con mecanismos que estén a la altura de estos desafíos y que a la vez garanticen la trazabilidad de estas operaciones.
Desde Preventor ven clave que esta ola del comercio electrónico y los pagos virtuales se soporte en la automatización digital y la inteligencia artificial en sus diferentes procesos para luchar contra el fraude y el robo de identidad, en medio de las constantes amenazas que afrontan las organizaciones.
Es así que la incorporación de nuevos clientes en empresas que realizan procesos críticos, como las entidades financieras o de seguros, se apalanca cada vez más en estas herramientas para validar en segundos la identidad de sus usuarios.
Este proceso es determinante y define en la mayoría de los casos la longevidad de la relación entre empresa-cliente, que se debe sustentar en la eficiencia de los procesos, la transparencia, la agilidad y la seguridad.
Acorde a los retos actuales, la verificación de la identidad apela hoy a herramientas de primer nivel como la biometría, con imágenes de alta definición, o el reconocimiento de voz para hacer estos procesos simples y efectivos.
En el caso de Preventor, por ejemplo, se utiliza una tecnología de caracteres de lectura óptica (OCR) que es capaz de extraer datos de cualquier documento de identidad automáticamente, desplazando los procesos engorrosos y reduciéndolos a solo 60 segundos. Asimismo, este análisis permite verificar la información de las zonas legibles por máquina de los documentos electrónicos, con lo que se garantizan procesos de onboarding mucho más eficaces y seguros.
Gracias a la tecnología de NFC, por medio de la cual se puede realizar un intercambio de datos entre dispositivos sin contacto, también se extraen informaciones clave para adelantar estos procesos de verificación de identidad, en los que además son útiles los códigos de barra y los chips RFID, que utilizan las señales de radio para servir como sistemas de localización.
De acuerdo a una entrada del blog de PwC, cuyo autor es el socio de Banca y Mercados de Capital en Reino Unido de esa firma, James Morgan, “no es sorprendente cuando las decisiones de préstamo pueden tomar hasta 100 días o más” por culpa de procesos tortuosos que espantan a los clientes.
Es por esto que considera que “el éxito futuro de la banca depende del valor que la industria atribuya a las relaciones con sus clientes y esto comienza con la incorporación”, así como los procesos de autentificación y las políticas efectivas de Know Your Customer para tomar la mayor ventaja de esta ola digitalización que ha llevado al comercio electrónico y los pagos digitales a estar en la cima.
En definitiva, estas tecnologías son clave ya que gracias a ellas las empresas en sectores como el retail o el comercio electrónico pueden incrementar sus ventas, permitiendo escalabilidad y expansión geográfica, pero sobre todo mejorar la experiencia del usuario final y su privacidad, según Preventor.
Del lado de las instituciones financieras, esto también es determinante ya que la automatización del proceso de onboarding digital facilita la aprobación de préstamos instantáneos y microcréditos, cambiando el paradigma ya que la información personal es obtenida en forma electrónica directa y no manualmente por un empleado del establecimiento, reduciendo o eliminando el posible robo de identidad.
Contact our specialists to learn how Preventor can help your business grow.